Cuando hablamos de seguimiento visual describimos la capacidad de controlar correctamente los movimientos de los ojos; se mueven a la misma vez y con precisión de derecha a izquierda. Los niños con problemas de seguimiento visual tienen dificultad para controlar dichos movimientos cuando perciben símbolos de cerca, como ocurre en la lectura. Estas dificultades desembocan en obstáculos importantes que interfieren en el desarrollo académico y físico.
A continuación os dejamos una serie de actividades para estimular la atención visual:
- Mantener una luz u objeto pequeño a una distancia entre 30-40 centímetros del ojo, cubrir alternativamente cada ojo y observar si hay algún cambio de comportamiento.
- Nos situamos frente al espejo. Colocamos delante de él al niño y motivamos con verbalizaciones la percepción de su propia imagen.
- Frente al espejo (pero ahora nosotros) saltamos, sacamos lengua, nos movemos de un lado a otro, ponemos caras “raras”, “divertidas”…
- Repetimos el mismo ejercicio, pero con objetos familiares.
- Nos colocamos delante del niño, utilizando refuerzo verbal y gestual lo estimulamos para que nos mire. “Nos buscamos” por medio del contacto visual.
- Llamamos al niño y nos escondemos potenciando la búsqueda. Lo realizaremos como un juego: primero haremos que nos mire (espontáneo), después lo miramos nosotros (contacto ocular) para posteriormente hacer que sea él/ella quien nos encuentre.
- Nos ponemos guantes de diferentes colores en las manos para promover la atención visual mediante ejercicios.
- Pintamos nuestras manos de colores llamativos y posteriormente pintamos las del niño.
- Pintamos sus manos de pintura de dedos negra y las estampamos en una cartulina blanca para generar contraste visual.
- Le presentamos una luz a través de una linterna. Cuando la perciba apagamos la linterna. Posteriormente le volvemos a presentar la luz y vemos si la busca, si es capaz de orientarse hacia ella…
- Jugamos a las sombras a través de una sábana con la habitación a oscuras.
- Hacemos pompas de jabón y promovemos primero la atención visual hacia ellas, posteriormente el seguimiento de las mismas.
- Utilizamos “móviles” colgados dentro de su campo visual (los acompañamos de sonidos).
- Utilizamos el ordenador personal para ver distintos contrastes y matices de color y cambios en los mismos.
- Jugamos con marionetas de madera o de tela y escenificamos un cuento muy sencillo p. ej. “Caperucita Roja”. Movemos la marioneta y potenciamos su seguimiento visual.
Posteriormente y una vez realizados estos ejercicios podemos pasar a practicar la grafomotricidad con ejercicios previos a la lecto-escritura.
Cuando hablamos de grafomotricidad no podemos dejar de mencionar MOVIMIENTO, pues el binomio grafomotricidad-movimiento es la base del acto motórico. La grafomotricidad está ubicada dentro de la motricidad fina (relacionada ésta con una mayor precisión en los movimientos y que se refiere fundamentalmente a la coordinación ojo-mano). El desarrollo del gesto fino se lleva a cabo a través de una serie de ejercicios que requieren precisión, rapidez y control de movimientos en las manos y en los dedos.
Las técnicas que aplicaremos en nuestro proyecto desarrollan una serie de conductas necesarias para posteriormente realizar el gesto gráfico con significado y constituyen la base para el inicio de la escritura.
En la línea del tiempo, el antecedente más representativo de la grafomotricidad es el garabateo; se desarrolla de manera simultánea al dibujo espontáneo o al dibujo con modelos y precede a la escritura.