Aunque es posible que el concepto de biofeedback no te resulte muy familiar, lo cierto es que estamos ante un tratamiento que cada vez cuenta con un mayor impacto en la actualidad.
El biofeedback es un tratamiento que consiste en el uso de un sistema de sensores que permiten monitorizar al paciente en tiempo real con el objetivo de obtener una amplia variedad de parámetros fisiológicos y, de esta manera, obtendremos información útil y detallada acerca del trabajo del organismo.
Otra de las particularidades que debemos tener en cuenta de este tratamiento es que conseguiremos crear un bucle de retroalimentación que permite al paciente alcanzar un nivel ideal de control del pulso sanguíneo o de la temperatura corporal, entre otras opciones.
¿Por qué se realiza el biofeedback?
Son muchas las situaciones en las cuáles se aconseja realizar esta prueba, especialmente si tenemos en cuenta que es un tratamiento que nos será de mucha ayuda en pacientes con insomnio, ansiedad, dolor crónico, fobias o TDAH.
De todos modos, es importante aclarar que el biofeedback es un tratamiento que se encuentra en constante evolución y perfeccionamiento, por lo que se espera que la influencia de este proceso tenga un mayor impacto en un futuro cercano.
Hoy en día, uno de los usos más habituales de este tratamiento se lleva a cabo en aquellos pacientes que sufren de estrés.
La razón se debe a que el cerebro tiene la capacidad de aprender y recordar aquello que ha visto y oído, por lo que gracias a la información que obtendrá el paciente a través de esta prueba, podrá tener un mayor control a la hora de gestionar aquellas emociones que le provocan estrés, una de las patologías más comunes en la actualidad.
¿En qué consiste este tratamiento?
Son muchas las dudas asociadas con el biofeedback, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que se trata de un tratamiento novedoso y que lleva poco tiempo entre nosotros.
A modo de resumen, podemos determinar que el biofeedback es la recopilación de información, a través de unos sensores, que produce el sistema nervioso somático, que transmite acciones voluntarias desde el cerebro a los músculos.
De este modo, conseguiremos registrar la información que está relacionada con los músculos mediante una técnica conocida con el nombre de electromiograma, mientras que el sistema nervioso somático transmite impulsos a través de acciones voluntarias como el ritmo cardíaco o las sustancias que segrega el sistema digestivo.
Gracias a la ayuda de los sensores, tendremos un mayor control de estas acciones, así como también tendremos la capacidad de realizar correcciones en caso de que existan desequilibrios.
¿Qué requisitos necesitamos para someternos a este tratamiento?
No es necesario cumplir con unos requisitos específicos para el biofeedback, sin embargo, es indispensable consultar con un médico que cuente con conocimientos y experiencia realizando terapias de biorretroalimentación.
Asimismo, destacaremos que existen profesionales que realizan este tratamiento que no son médicos como, por ejemplo, enfermeros o fisioterapeutas, aunque siempre trabajan y atienden a los pacientes bajo la supervisión de un médico.
¿Qué sucede después del tratamiento?
Una vez que se realiza el tratamiento se consulta minuciosamente el registro de mediciones y, a partir de ahí, será el paciente quién se encargue de fijar sus metas y objetivos.
En este sentido, aclararemos que no existe una hoja de ruta específica tras una sesión de biofeedback, aunque es importante establecer un objetivo final para hacer un mejor seguimiento del biofeedback.
Además, en caso de que el tratamiento no funcione, algo que deduciremos en función de si se cumplen los objetivos, podremos realizar una serie de modificaciones.
Después de la primera sesión de este tratamiento, el paciente empezará con el entrenamiento, considerada como la parte fundamental del biofeedback y que consiste en conectar, nuevamente, los aparatos de medición para que la información del organismo llegue a través de estímulos visuales o auditivos.
De este modo, el especialista podrá valorar si respuesta fisiológica del paciente aumenta o, en su defecto, disminuye después de haber realizado los ejercicios. Por esta razón, la labor del terapeuta será enseñar al paciente en diferentes ejercicios como controlar la respiración, la concentración, la relajación o la utilización de imágenes que le recuerden diferentes sensaciones.